Escribe Jorge Mora, psicólogo
Sin necesariamente quererlo, TÚ, padre o madre de familia eres el principal educador sexual de tus hijos. Sea que lo conversen o no, desde niños tus hijos empiezan a descubrir estas cosas en casa. ¿Son muy expresivos y se brindan su cariño libremente? Pues entonces los hijos se darán cuenta y los imitaran, buscarán expresarse de la misma manera. ¿Reprimes hablar de sexo delante de tus hijos? Pues ellos también lo harán porque las cosas que los padres no pueden expresar libremente les crearán posiblemente a los adolescentes, los mismos límites. La sexualidad sólo puede disfrutarse totalmente en libertad. Lo que se siente pero no se expresa produce muchos pensamientos al respecto y no necesariamente positivos.
Infórmense e incorporen en las conversaciones con sus hijos, temas importantes sobre sexualidad que le servirán en sus decisiones: qué métodos anticonceptivos hay y cómo funcionan, cuándo se usa la píldora del día siguiente, cómo evitar un embarazo temprano, hablen de la masturbación, del aborto… si nunca estuvieron preparados para ello es una gran oportunidad de compartir, aprender juntos y romper con los prejuicios que hacen tanto daño, malforman nuestra educación y crean muchos problemas en las relaciones.
Una buena idea es que se planteen buscar información, cada uno por su lado, para luego en una reunión concertada compartir lo encontrado. Es una buena estrategia porque así la información vendrá de otras fuentes, lo cual alivia la tensión de compartir temas tan personales, tan íntimos que hace que sea un poco vergonzoso hablar de ellos. Es un hecho que luego de conversar sobre temas sexuales se abre el camino para tocar cualquier otro tema con mucho más facilidad y soltura. No esperen más, adelante con la tarea, que podría ser algo también divertido.