Escribe Daniel Meza.

Desde hace seis años el Perú y otros 11 países, liderados por EEUU, se mofaron de sus sistemas democráticos y negociaron a escondidas el Acuerdo Transpacífico (TPP). Lo que muchos ignoran es que este acuerdo va más allá del “libre comercio” pues afecta sectores vitales de sus ciudadanos para favorecer a grandes intereses privados. Este secretismo ante la opinión pública (filtrado por Wikileaks) dirigido por bribones de saco y corbata favorece a los monopolios de medicamentos, antepone los negocios trasnacionales al cuidado del medioambiente y le quita más soberanía a los estados firmantes. Tal acuerdo, por tanto, burla nuestros derechos fundamentales. A estas trampas, claro, ya nos venían acostumbrando los TLC, algo que ya advirtió el Nobel de Economía Joseph Stiglitz. Pero el TPP viene por más: quiere, sin ningún pudor, imponer la censura de Internet. De ratificarse en el Perú el TPP, se penalizaría el uso casero de material digital con coyright. Es decir, te caería una multaza si publicas sin permiso un video personal en tus redes que contenga alguna canción, imagen o video protegidos ¡Y hasta podrías ir tras las rejas si se vuelve viral! Movistar o Claro se convertirían en la nueva “policía de Internet”, pues tendrían licencia para violar tu privacidad y denunciarte. Los culpables de esto son, a secas, Humala y sus ministros. Pero si bien el TPP ya se firmó, aún queda tiempo para evitar que este o el próximo Congreso lo ratifique. ¿Qué podemos hacer? Difundir, protestar en las calles, y elegir bien a nuestros parlamentarios (un dato: solo el Frente Amplio se ha opuesto radicalmente al TPP).