Anteriormente había sido despedida arbitrariamente. Desde que la recontrataron, la trabajadora ha sufrido de tres hemorragias que ponen en peligro su embarazo 

Por Ghiomara Rafaele

El actual alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, se jacta de ser un ‘defensor provida y profamilia’, y una de sus primeras acciones en su gestión fue despedir una mujer gestante en el mes de enero. Días después se le reincorporó, pero afirma ser víctima de hostilidad laboral y debido al traslado de área estaría en riesgo de perder su embarazo ante la falta de adecuadas condiciones laborales. 

Nérida laboró por más de tres años para la Municipalidad de Lima como especialista administrativa en la Gerencia de Servicios de la Ciudad y Gestión Ambiental. Su labor se vio interrumpida el 2 de enero cuando llegó a su centro laboral y una carta de despido la esperaba. Nérida tenía cinco meses de embarazo cuando se quedó sin trabajo. Tuvieron que pasar 16 días para que fuera reincorporada a sus labores. Trabajaba en la sede central del municipio en el mismo Centro Histórico; sin embargo, tras su reposición la reubicaron en el  Programa Recicla Lima de la Gerencia de Seguridad Ciudadana que está ubicado en el distrito del Rímac. 

Memorándum de despido y documento de recontratación. Fuente: archivo interno.

“Me siento frustrada como profesional, como madre me siento asustada. Una madre puede trabajar normalmente si se les dan las condiciones. Me hacen sentir como si no sirviera. No es justo que renuncie o me hostiguen, yo solo quiero trabajar”, declara Nérida.

Para llegar a su nuevo centro  de trabajo, Nérida quien tiene siete meses de gestación, se ve obligada a subir varias escaleras y cruzar dos puentes: Acho y Setame. Una vez que llega a la Gerencia de Seguridad Ciudadana tiene que caminar otro tramo más que está a 5 minutos. El camino está lleno de tierra y el calor le impide ponerse pantalones, por lo que usa vestidos. Desde el cambio de puesto, ella ha sufrido varias infecciones vaginales y teme que la exposición a la tierra y suciedad sean las causas. Además, su espacio de labores es un contenedor de metal con poca ventilación, pese a las altas temperaturas de verano. También denuncia que los baños permanecen sucios debido a la carencia de agua y no puede llevar comida ya que no hay  refrigeración, como se puede apreciar en el video que comparte.

“El trajín de traslado ha ocasionado que mi placenta siga bajando, tengo que guardar reposo absoluto. Yo no he estado así, yo he estado bien, me cambiaron de base y me han generado esto”, señala Nerida.

El 16 de febrero, debido al constante movimiento y traslado de un colega que resultó herido producto de un accidente laboral, tuvo una hemorragia que puso en riesgo su embarazo. Fue llevada de emergencia al hospital y le detectaron placenta baja. Esta es una anomalía en la que la placenta cubre total o parcialmente el cuello del útero, propiciando sangrados que en caso de complicaciones pone en riesgo la vida de la gestante y su hijo. Después de la primera hemorragia, su embarazo se encuentra calificado como ‘de alto riesgo’, por lo que el médico le indicó guardar reposo absoluto por 10 días. Doce días después, volvió a tener otra hemorragia y el 30 de marzo, otra más. Su médico de cabecera le ha pedido reposo total, en caso de que no pueda hacerlo perdería a su hija.

Certificado médico y resultado de la radiografía de Nérida. Fuente: archivo interno.

“Me estoy deshidratando, mis pies se me hinchan, retengo líquidos. Estoy afectando físicamente a mi bebé y emocionalmente, por todo lo que estoy pasando, estoy frustrada”, cuenta Nerida.

CONVENIOS INTERNACIONALES HABLAN SOBRE GESTANTES

El Perú se encuentra suscrito al Convenio 183 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en dicho tratado se establece la imposibilidad de despedir a mujeres embarazadas o durante la licencia mencionada excepto por motivos que no estén relacionados con el embarazo, el nacimiento del hijo y sus consecuencias o la lactancia. Según el mismo artículo citado del convenio, se tiene que «garantizar a la mujer el derecho a retornar al mismo puesto de trabajo o a un puesto equivalente con la misma remuneración, al término de la licencia de maternidad”.

Según el abogado laboralista, Renzo Quijano, las mujeres embarazadas tienen una protección especial para evitar el despido arbitrario, además, el único cambio de funciones que el empleador puede realizar es aquel que no ponga en riesgo la vida y el embarazo de la trabajadora. En caso de que no se le cambie de puesto no solo sería considerado un acto de hostilidad, sino también se incurre en un delito penal al exponer su vida.

Nérida ha enviado múltiples cartas a diversas entidades: al Ministerio de la Mujer, a Servir, a la Defensoría del Pueblo. La Defensoría declara que “solo queda pendiente un trámite para que las actuales autoridades municipales dejen de ejercer algún nivel de maltrato contra el personal que pretendió ser separada estando gestando, su caso, o dando de lactar”. El Ministerio de la Mujer no emitió una respuesta al igual que Servir. Asimismo, Wayka se comunicó con la Municipalidad de Lima, hasta el momento no emitió respuesta alguna.